Se trata de una actividad que tiene por objetivo reflexionar con los niños y niñas sobre la movilidad cotidiana del entorno de la escuela y entender la importancia de las medidas que potencian la movilidad activa y sostenible.

Durante el taller se trabajan tanto aquellos aspectos físicos y de diseño del espacio público que condicionan sus recorridos (anchos de acera, pavimentos, mobiliario urbano…) como los hábitos de movilidad y el resto de factores que influyen en la forma en que nos movemos por la ciudad.

La actividad se inicia con un debate en el aula para definir el camino escolar particular del centro, las ventajas e inconvenientes de su situación y el perfil de los usuarios, planteando posibilidades de cambio a través de los propios hábitos para tender a la movilidad sostenible.

Después se realiza un itinerario de descubrimiento del entorno del centro. En el grupo clase sale a la calle para representar escenas que pueden darse durante su Camino Escolar y analizarlas críticamente.

Por último, en grupos, se plantean propuestas de mejora del entorno, en beneficio de la propia autonomía y de los desplazamientos con medios activos, que quedan plasmadas en una señal de tráfico que pueden exponer públicamente en el aula o en el centro.

Se trata de una actividad con una trayectoria de más de 10 años, que ha pasado por muchas escuelas y ciudades de nuestro territorio. Comenzó a partir de la iniciativa de Urbanins, que con el tiempo se ha acabado sumando a la cooperativa Estel.