"Amor y Política": Repensando la Política desde la Sensibilidad y la Cooperación

«La cooperación no es solo un acto de convivencia; es el motor silencioso de grandes transformaciones.»

Vivimos en un mundo donde la política a menudo parece desconectada de las emociones y de las relaciones humanas. Las políticas se formulan en entornos fríos y calculados, donde las realidades humanas a veces son tratadas como números y estadísticas. Sin embargo, Amor y política: La imprescindible sensibilidad de la política de Montserrat Moreno Marimón y Genoveva Sastre Villarrasa nos recuerda que los sentimientos, el cuidado y la empatía no son debilidades, sino componentes esenciales para construir sociedades justas y sostenibles.

¿Por qué deberíamos hablar de amor en política? Las autoras nos plantean un desafío: cuestionar el modelo político tradicional que separa la «racionalidad» de la «emoción». Durante décadas, hemos sido condicionadas a creer que los asuntos públicos deben gestionarse sin «sentimentalismos». Sin embargo, como señala el libro, esta idea ignora una verdad esencial: las personas somos seres emocionales. Negar el papel de las emociones en la vida política a menudo conduce a la apatía, la injusticia y la desconexión entre las instituciones públicas y las personas a las que deben servir.

El libro argumenta que el amor y la cooperación no son asuntos privados, sino herramientas colectivas para la transformación. Según las autoras, «la cooperación es la propiedad esencial de la vida». Desde las formas de vida más simples hasta las organizaciones humanas más complejas, la cooperación siempre ha sido el motor de la supervivencia y el progreso. Esta verdad biológica y social desafía directamente las narrativas competitivas e individualistas que dominan los sistemas políticos contemporáneos.

En el corazón de su argumentación se encuentra la idea de que una buena gobernanza requiere sensibilidad emocional. Las autoras afirman que, sin una comprensión profunda de las propias emociones y las de las demás, el ejercicio del poder se vuelve desconectado y, en muchos casos, injusto. Las lideresas y líderes que ignoran las realidades emocionales de sus comunidades corren el riesgo de crear políticas que no abordan las necesidades reales. La empatía, entonces, se convierte en la piedra angular de un liderazgo justo. «No podemos esperar que nadie gobierne adecuadamente,» escriben las autoras, «si carece de sensibilidad emocional, porque esa insensibilidad se traduce en decisiones que aumentan el sufrimiento.»

Esta idea tiene profundas implicaciones para la gobernanza participativa. Un sistema político que abraza la cooperación en lugar de la competencia fomenta vínculos comunitarios más fuertes y procesos de toma de decisiones más inclusivos. El libro reclama espacios de diálogo donde se escuchen y valoren perspectivas diversas. Por el contrario, cuando el diálogo está ausente o es superficial, la desconfianza y la división crecen.

Otra crítica poderosa que realizan las autoras es contra el mito del amor romántico como un constructo aislado e idealizado. Argumentan que nuestra cultura a menudo confina el amor al ámbito privado, presentándolo como algo reservado a la familia y las relaciones íntimas. Esta narrativa puede ser limitante. El libro nos invita a ampliar nuestra comprensión del amor como una práctica colectiva arraigada en el cuidado mutuo, la solidaridad y el compromiso con el bien común. El «amor político» no es sentimentalismo; es una fuerza activa que fomenta la confianza, la resiliencia y la justicia dentro de las comunidades. Imaginemos políticas públicas modeladas por el amor en su sentido más amplio: políticas que prioricen el cuidado, la vivienda, la educación y el bienestar por encima del lucro o las dinámicas de poder.

Un elemento clave de esta discusión es el papel de la perspectiva de género y las estructuras patriarcales que históricamente han descartado el cuidado y las emociones como «femeninas» y, por lo tanto, menos importantes. El patriarcado no solo dicta la exclusión de las emociones del discurso político, sino que también refuerza jerarquías que minimizan a las mujeres y a cualquier persona asociada con roles de cuidado. Las autoras enfatizan que abrazar las emociones en política no se trata simplemente de «humanizar» la vida pública; se trata de desmantelar un sistema que equipara la fortaleza con la dominación y el cuidado con la debilidad. Una perspectiva de género nos permite ver cómo la inteligencia emocional puede ser una forma de resistencia, desafiando las narrativas que han mantenido muchas voces al margen del poder. Al reconocer que el cuidado, la empatía y la cooperación son fortalezas, podemos comenzar a transformar la cultura política para promover la inclusión y la igualdad.

Las autoras también exploran los peligros de la represión emocional en política. Cuando las emociones se excluyen del discurso político, el resultado a menudo es la perpetuación de normas patriarcales que descartan la compasión y el cuidado como «debilidades». Esta represión de la inteligencia emocional no solo afecta la capacidad de quienes gobiernan para tomar decisiones justas, sino que también aliena a la ciudadanía, que se siente invisibilizada e ignorada. El libro argumenta que reconocer las emociones no es solo necesario para el bienestar personal, sino también para la salud de las instituciones democráticas.

Uno de los aspectos más inspiradores de Amor y Política es su visión de la transformación colectiva. Las autoras nos recuerdan que el cambio social es posible cuando abrazamos la cooperación como una forma de fortaleza. Señalan movimientos históricos impulsados por la solidaridad y una visión compartida: movimientos que desafiaron sistemas opresivos no con fuerza bruta, sino con creatividad, empatía y perseverancia.

Finalmente, Amor y Política nos invita a repensar nuestra aproximación al poder, los espacios públicos y las relaciones humanas. ¿Cómo gestionamos los conflictos en nuestros espacios compartidos? ¿Fomentamos un diálogo abierto o imponemos nuestras opiniones? ¿Estamos cultivando una cultura política donde todas las personas se sientan incluidas y valoradas, o estamos reforzando sistemas de exclusión y control?

Este libro no es solo un ensayo; es un manifiesto para un enfoque más humano y creativo de la política. La verdadera transformación comienza cuando entendemos que el poder no es una posesión individual, sino una construcción colectiva. Si queremos una sociedad más justa, necesitamos líderes y comunidades que encarnen sensibilidad, ética y cooperación en sus acciones.

Leer Amor y Política nos deja con una pregunta fundamental: ¿Y si el acto revolucionario más grande fuera cuidar?

En una época marcada por la fragmentación social y la incertidumbre, este libro se siente como un llamado urgente a reconstruir la política desde un lugar de conexión, humanidad y esperanza. Nos desafía a liderar con empatía, fomentar la cooperación en lugar de la competencia y a imaginar la política como una expresión del amor en acción.

 

* Referencias

  • Amor y política: la imprescindible sensibilidad de la política. Montserrat Moreno i Marimón, Genoveva Sastre Vilarrasa. Icaria, 2015. ISBN 978-84-9888-669-6.

 

Palabras de:

Konstantina Chrysostomou

Fecha de publicación:

06/01/2025

Escrito originalmente en:

inglés

Tags:

Vida cotidiana / Espacio público