La propuesta para la reestructuración de la plaza Joan Ragué i Camps y sus alrededores resultó en una estrategia urbana sostenible que prioriza las personas sobre los automóviles, y mejora la calidad del espacio público de acuerdo con la perspectiva de los habitantes de Gualba. Se abordan los problemas de movilidad, accesibilidad y la débil cualificación de los espacios públicos, con el objetivo de fortalecer la identidad y la cohesión social del vecindario. La planificación participativa del proceso de trabajo fomentó la multiperspectiva y facilitó la toma de decisiones,y la cooperación entre técnicos municipales, políticos y ciudadanía.

El área de trabajo evidenciaba la necesidad de renovación y revitalización del espacio urbano: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, activar la vida social, garantizar la actividad económica existente y tomar medidas efectivas para reducir la velocidad de los vehículos en el centro de la ciudad. La proporción entre espacios para personas y espacios para vehículos se trabajó cruzando los intereses divergentes y fomentando acciones empíricas que visibilizaran las contradicciones. Por ello, en la fase final se realizaron pruebas piloto de las soluciones que se proponían, para garantizar la visibilidad y la comprensión de las mismas, y para testear de manera directa su idoneidad. 

El resultado de repensar y reconocer los valores medioambientales del espacio público, introducir criterios de diseño urbano inclusivo, movilidad sostenible y salud urbana, también puso en marcha unas dinámicas participativas que abren espacios de diálogo entre los habitantes permanentes y los habitantes de fin de semana (segundas residencias) de Gualba.